sábado, 30 de junio de 2018

Los Profetas de Israel. 9°nos

Image: https://www.youtube.com/watch?v=9mHXvL21lQ8 

PRINCIPALES PROFETAS Y SUS PROFECÍAS

http://profetasprofecias.blogspot.com/2007/06/principales-profetas-y-sus-profecias.html

¿Qué es un profeta?

La palabra profeta viene del griego "profetes" que significa "locutor". El que dice lo que la divinidad le ha inspirado. En hebreo, se dice "nabi" que significa "el que ha sido llamado" "el que tiene una vocación".La identidad profética tiene las siguientes características:
El encuentro con Dios, El anuncio de la Palabra de Dios y La fidelidad a la Alianza.

El encuentro con Dios.

Este encuentro le hace sentirse débil e incapacitado para la misión que Dios le encomienda.La conciencia de haber sido llamado por Dios es un elemento fundamental en toda vocación profética:El Señor me habló así: "Antes de formarte en el vientre te conocí; antes que salieras del seno te consagré, te constituí profeta de las naciones.Yo dije: ¡Ah, Señor, mira que no sé hablar, pues soy un niño!Y el Señor me respondió: No digas: Soy un niño, porque irás a donde yo te envíe y dirás todo lo que yo te ordene. No les tengas miedo, pues yo estoy contigo para librarte, oráculo del Señor". (Jer 1,4-8)

El anuncio de la palabra de Dios

La misión profética se realiza con palabras y con hechos, con ocasión y sin ella amenazados o no por sus oyentes, lo mismo ante un rey que ante el pueblo, sin miedo a ricos ni a los poderosos.

La fidelidad a la Alianza

El profeta es el centinela de la Alianza. Su misión consiste en interpretar el sentido de la historia y de los acontecimientos de la vida del pueblo a la luz de la fidelidad a la Alianza. Por eso, con frecuencia interpretan las tradiciones de Israel y critican las situaciones vividas por los hombres de su tiempo.
"Cuando extendéis las manos para orar, aparto mi vista, aunque hagáis muchas oraciones, no las escucho, pues tenéis las manos manchadas de sangre. Lavaos, purificaos, apartar de mi vista vuestras malas acciones. Dejad de hacer el mal, aprender a hacer el bien. buscar el derecho, proteger al oprimido, socorrer al huérfano, defended a la viuda. Luego discutamos -dice el Señor- Aunque vuestros pecados sean como escarlata, blanquearán como la nieve, aunque sean rojos como púrpura, quedarán como lana. Si obedecéis y hacéis el bien, comeréis los frutos de la tierra, si os resistís y sois rebeldes, os devorará la espada. Lo ha dicho el Señor"(Is 1,15-20)Esta misión se realiza de dos maneras: unas veces anuncian al Mesías y levantan las cabezas abatidas de los hombres con el anuncio del gozo y la salvación de Dios, otras denuncian el pecado del pueblo en el orden religioso y moral. La edad de los profetas transcurre desde el año 750 hasta el 400 antes de Cristo.El profeta es alguien que tiene conciencia de haber sido llamado por Dios para transmitir al pueblo la Palabra divina, anunciando la salvación de Dios y denunciando la infidelidad del pueblo a la Alianza.

El mensaje de los profetas
El anuncio de los profetas se puede estructurar en torno a tres puntos: La relación del ser humano con Dios, La condición pecadora del ser humano, La fidelidad a la Alianza.

La relación del ser humano con Dios

El centro mismo del mensaje de los profetas es Dios, se destaca la defensa que ellos hacen del monoteísmo, Dios no hay más que uno, y ese Dios es Yahvéh, por eso los profetas atacan duramente a los falsos dioses, a los ídolos, a la absolutización de cualquier cosa que no sea Dios.Durante el exilio, cuando a través de tantos fracasos, el pueblo llega a dudar del poder de Yahvéh, este ataque profético contra los falsos dioses se hace más patente (Jer 10,1-16). Este Dios único es el absolutamente santo que merece, por eso, todo el respeto y veneración (Is 6,1 y ss. ) Pero, al mismo tiempo, es un Dios lleno de ternura y amor incansable para con su pueblo, como el esposo que ama a la esposa sin límites y se entrega a ella con pasión de enamorado. (Os2).

La condición pecadora del ser humano

A la santidad de Dios se contrapone la impureza del hombre, porque el pecado aleja al hombre de Dios. El pecado es, en efecto, un atentado contra el Dios de la justicia (Amos) contra el Dios del amor (Oseas), contra el Dios de la santidad (Isaías) .En consecuencia, el hombre debe "buscar a Dios", es decir, debe practicar la justicia, portarse honradamente con los demás, vivir en sencillez y humildad (Mi 6,8), lo que Dios quiere es la religión interior, la que brota del corazón del hombre. La verdadera relación con Dios exige y lleva consigo una relación coherente con los demás (Is 10,1-4; Ez 9,8-10).

La fidelidad a la Alianza

Los profetas veían cada situación y cada hecho a la luz de Dios. Y eso es lo que les daba la libertad y la valentía que demostraron ante los reyes y grandes del mundo. Los profetas se interesaron por la vida política y social de Israel, porque en ella estaban comprometidos la fidelidad a la Alianza y el bien del pueblo.Los profetas estaban persuadidos de que la seguridad de Israel dependía, no de los pactos internacionales con las potencias extranjeras, sino de la fidelidad del pueblo y sus gobernantes a la Alianza.Está claro que hombres que hablaban con esta libertad debían tener un mal destino: la cárcel, la condena y la muerte. En este sentido, los evangelios recogen unas palabras durísimas de Jesús:"Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, edificáis los mausoleos de los justos, decís si hubiéramos vivido en tiempos de nuestros antepasados, no habríamos colaborado en la muerte de los profetas. Pero lo que atestiguáis es que sois hijos de los que mataron a los profetas" (Mt 23,29-31)

Significación para hoy

El Concilio Vaticano II ha recogido este tema, haciéndose eco de su importancia en la vida de la Iglesia:"Cristo, el gran profeta…cumple su misión profética hasta la plena manifestación de la gloria, no sólo a través de la jerarquía… sino también por medio de los laicos, a quienes, consiguientemente, constituye en testigos y les dota del sentido de la fe y de la gracia de la palabra para que la virtud del Evangelio brille en la vida diaria, familiar y social." (LG 35).
En este sentido, podemos comprobar que en la comunidad cristiana no faltan profetas que con su palabra y su vida anuncian, impulsados por el Espíritu, la salvación de Dios al mundo.Son hombres y mujeres que creen en el mundo nuevo instaurado por Jesús y luchan por implantarlo oponiéndose a toda clase de injusticias y sin dejarse vencer por el desaliento ni por el miedo a los poderosos y sabios de este mundo. Gastan sus vidas y sus fuerzas en ayudar a todas las personas, especialmente las más necesitada

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